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La conexión a internet cada vez se hace más necesaria y el consumo de datos es un quebradero de cabeza para muchos usuarios.  

Ya existen en el mercado tarifas de datos a precios asequibles, pero quien más y quien menos prefiere ahorrase el gasto de megas, sobre todo cuando se va a hacer un uso prolongado, como en un café. ¿Pero hasta qué punto nos podemos fiar de las redes abiertas?

Cuando una red está abierta o es pública es bastante vulnerable. De hecho conectarse a redes WiFi abiertas puede suponer un enorme peligro de seguridad, y está totalmente desaconsejado conectarse desde ellas a lugares sensibles. Se debe aplicar el sentido común. Gestos como entrar a la cuenta del banco para hacer operaciones, hacer trámites con la administración pública, conectarse al correo electrónico o a redes sociales son totalmente desaconsejables si queremos mantener nuestros datos a buen recaudo.

Sobre todo, hay que evitar conectarse a redes extrañas. No sabemos de dónde proceden, ni quiénes las manejan. De hecho, sería posibible que detrás de ellas haya un ciberdelincuente que infecte tu dispositivo de malware (programa malicioso) o que pretenda robar tus datos. Cualquier precaución es poca.

Podemos relajarnos un poco (pero sin bajar la guardia) cuando conocemos la procedencia de las redes, como cuando nos conectamos desde una biblioteca o desde el WiFi de la Apple Store de Passeig de Gràcia de Barcelona. Ésta es una práctica muy habitual entre los jóvenes barceloneses atraídos por el Wifi abierto de la tienda de la manzana.

Ahora bien, en estas redes todo el tráfico que se realiza es visible para los sniffers, programa informáticos que registran la información que envían los dispositivos móviles. En estos casos hay que tener mucho cuidado con las contraseñas y navegar en páginas seguras y certificadas (https).

Por otra parte, debemos prestar mucha atención al nombre de la red a la que nos conectamos. Podríamos caer en un caso de suplantación. A veces, los cibercriminales crean zonas WiFi con nombres parecidos a las redes oficiales y podríamos confundirnos.

Cuando se trata de seguridad en la red hay que tener dos elementos siempre presentes: disponer de los sistemas y las aplicaciones actualizadas para no tener agujeros de seguridad y utilizar el sentido común.

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